Jopé se me amontonan los temas, con tantas mentiras como nos estan cayendo estos días es que no doy abasto a llorar, y al final por unas y otras cosas los voy dejando pasar. Pero es que como han sido los reyes, me tengo que poner, por San Jeremías, que me tengo que poner a decir algo o me estallan las yemas de los dedos...
¡Cordobeses y cordobesas!, viva San Fermín..., viva la virgen de la Fuensanta, y las “virgenes” que nos han sacado en la descabalgata.
No queríamos que nos arreglaran la crisis, pues ya están en ello, nada menos que Melchor, Gaspar y Baltasar (este para el empleo inmigrante), que desplante, que desaire a Ricardo Rojas, con toda la rajada que ha tenido de Sindicatos y Patronal, acusándolos de chupones sin rendimiento, y dando el callo por su partido poniendo a parir a la Junta de paso, y ahora va su Nieto y le pide a los reyes magos que lesolucionen el tema del empleo.
La verdad es que a uno, a pesar de la edad aún le queda más fe en los tres monarcas que en el infumable Rojas, así es que no me extraña que su jefe también se lo encomiende.
Y ya ha llegado la descabalgata, católicapostólicaromana, con sus pastores y pastoras, con los sucedáneos de El Zorro como pajes reales, rodeados de penachos egipcios. Eso sí, lo mas bonito de la cabalgata los peazo de caballos que llevaban, una alegoría del caballo del señorito, para que nos vayamos acostumbrando.
Unas “nuevas carrozas” que eran el hazmerreir del populacho, mis vecinos de chanza en Ronda de los Tejares, (¿o le ponemos de nuevo Generalísimo?) aún se siguen preguntando qué coño era la carroza patrocinada por Cajasol, donde sólo iban unas alpacas de paja y una rueda de madera.
¿Qué parte del misterio de Belén, era ese?, nada que objetar a los inexistentes regalos y escasos caramelos que regaron a los pobres críos, son situaciones de crisis, y había que ahorrar.
Pero creo yo que con algún ajuste al sueldo de los mercenarios munícipes de unos 300 eurillos de su paga de navidad, hubiesen dado para unos 6.000 kilos de caramelos más. Y hubiese sido un detalle. Pero para eso no están.
Eso si, mucho atambor y atrompeta, que sonaban extraños, siempre lo he dicho, esas bandas están entrenadas para Semana Santa y a duras penas hilan notas musicales que no les den un soniquete de la misma, aunque toquen un vals de Strauss.
Y la organización un verdadero desastre una descabalgata poco coordinada, el Rey Mago del corte Inglés se explayó delante de la sede del que lo pagaba y cuando decidió salir del cruce de Gran Capitán, el resto de la comitiva ya estaba llegando a la Avda de Barcelona.Y cuando llegó a nuestra altura el descojone era máximo, ¡estaba despintado!, o ¿es que ahora baltasar era mulato?
Y no oiremos ahora a los peperos, al Fray Jaén, quejarse de escasez de regalos, a Laurita “parcheos” decir que no eran suficiente cabalgata para una ciudad de la entidad de Córdoba. Ahora a envainarse la lengua y a defender lo indefendible, que hasta nos han sacado en un diario nacional. Nos están poniendo en la cresta de la ola informativa, y no sabemos agradecerles el esfuerzo.
Lo que si me quedó claro para el resto de mi vida es que, efectivamente ellos adoran y se gastan el dinero en adorar a sus dioses, que no deben ser los míos, el primero porque a mi me lo enseñaron curas obreros y ese dios era bondadoso y pegado a los pobres, no un colérico y vengativo que perdonaba a los ricos los domingos por la mañana de los latrocinios hechos a sus servidores durante la semana. El segundo dios es que ya se me nota demasiado, yo no soy neoliberal ni de lejos, tampoco comunista acérrrimo, pero ni de coña adoro a Ronald Macdonal's, que presidía una de las "exhuberantes" carrozas de la descabalgata cordobesa. Dios y Capital, los ídolos de los que nos gobiernan.
Ese escudo redondeado que lleva en el pecho ese tontolaba llamado Ronald, viene a ser en nuestros días, la Sagrada Forma del Capitalismo. ¡Que lastimica! Con lo que ha sido Córdoba. Parece como si volviésemos a los tiempos de Cañero (el rejoneador) y de Carlos Romero Berral (santo varón que fuera párroco de San Francisco, confesor de los niños del hospicio, además de delator de rojos en la postguerra). Lo dicho para atrás como el cangrejo.
ResponderEliminarYo como curraba esa tarde me la perdí, pero me han hablado maravillas de ese Nuestro Padre Jesús de las Peñas Amarrado a su Macdonald. Pero aún no he conseguido ver ninguna foto. Por cierto, ¿se sabe algo del paje que llevaba la Cruz de Guía y que fue herido de un caramelazo?
ResponderEliminarMagnífica disección de lo que nos ofrecen y de un silencio similar al
ResponderEliminarde "El traje del emperador". Y es que están desnudos.
Buenísimo y totalmente cierto. La cabalgata cutre a más no poder, ¿caramelos? nooo que se les pican los dientes a los críos y mayores y no hay money para ir al dentista ¡¡si es que en el fondo miran por nuestra salud!! jajaja.
ResponderEliminarYa le comenté a mi amigo Manolo Harazem lo que opino de la Cabalgata y no lo voy a repetir, pero si coincido en que o nos coloniza el Vaticano local, o el consumismo de Walt Disney y Corte Inglés. Está batalla está perdida, y desde luego no la considero mía. Yo este año después de muchos, bastantes, la he visto por imperativo del guión familiar de la tercera generación, y me ha parecido mucho más cutre de lo que comenta Mike. Y otra cosa es el confusionismo monárquico que le ocasionan a los chiquillos las peñisticas de barrio, de carrozas en “isocarro”. Cuando volví a mi casa estaba el suelo sembrado de anagramas del Corte, señal inequívoca del paso de otros “borbones de oriente”. Cada uno quiere su cabalgata aunque despinte el señor de color. Hubo un tiempo que se pretendió que el recorrido de la oficial fuese mayor, que llegará a toda la ciudad y que no hubiera ninguna más, por lo menos durante el horario de la oficial. Se denunciaron por la Policía a todas las que hicieron caso omiso a la normativa municipal. Otra cosa es que las denuncias surtieran efecto, por la marcha atrás del responsable, que es lo mismo que devaluar las normas.
ResponderEliminarUn video te voy a poner Hazarem para que veas la cabalgata de la crisis y del catolicismo institucional municipal.
ResponderEliminar