La profesión de periodista siempre ha estado mal vista y en muchas ocasiones muy en entredicho. Pero paralelamente a la llegada de la democracia se consiguió que los muchos y buenos profesionales existentes en el país tuviesen la oportunidad de resarcirse y colocar en un peldaño muy alto la credibilidad de los medios de comunicación, e incluso hubo una generación que crecimos amparados en la defensa de esos medios de la vida civil democrática.
Pero duró poco ese idilio. La prensa se convirtió pronto en la democracia en un aparato manipulable y fácilmente orientable desde el poder. De ahí que la aparición de la www generase un sentimiento muy contradictorio en los profesionales del sector. Por una parte había y hay miedo a que lo digital acabe devorando los medios tradicionales, cosa que está sucediendo a un ritmo bastante más ligero del que se esperaba. Por otra la libertad que la red daba a muchos de publicar, ponía en el alero su más que sospechosa “independencia”, y eso dejaba en mal lugar al conjunto profesional.
La prensa en España, vivió una época de desarrollismo donde salieron diversos medios, la crisis de 1970 privatizó una buena parte del aparato del estado, la prensa del movimiento, y permitió que a periódicos con historia como ABC o La Vanguardia se unieran El Pais, El mundo, Diario 16, y otros de vida más efímera como El Sol, o semanarios de diverso calado.
Pero ese desarrollismo, no hizo honor a la cacareada independencia de los profesionales que los regían. Así, la prensa más poderosa desde el punto de vista económico, la que gestan los think tanks de la derecha, (véase para quien trabaja el último presidente del país), ha hecho alarde de haber subido al poder a ese mismo personaje, amparado en un supuesto “periodismo de investigación”, que si usted querido lector amigo conoce a los periodistas, sabrá que investigar, investigar, lo mas que se investiga en la profesión es donde salen más baratas las cañas.
En todo caso, se trata de camuflar bajo ese epígrafe, el chivatazo que alguien afín le ha proporcionado desde cualquier segmento de la sociedad, incluso desde el sacrosanto tercer poder.
En todo caso, se trata de camuflar bajo ese epígrafe, el chivatazo que alguien afín le ha proporcionado desde cualquier segmento de la sociedad, incluso desde el sacrosanto tercer poder.
Así al amparo de “Todos los hombres del presidente”, una piara de imitadores, encabezados por el cónyuge de la diseñadora de payasos, se lanzaron a buscar “gargantas profundas” que les permitieran descubrir todos los casos de corrupción habidos y por haber en las filas socialistas y si no había suficiente, a señalar, en un caso insólito en la vida pública europea, al gobierno como responsable de los petas de la marca de jabón.
Y son esos mismo los que ahora se empeñan en acusar al juez Garzón, en vez de profundizar en la trama corrupta que alimentó al PP durante todo el gobierno Aznar, con ramificaciones en aquellas comunidades donde gobiernan aún. Porque ya no es interesante investigar, o es que a lo mejor sus gargantas profundas están atragantadas de mierda que no son capaces de digerir. Recuerden el intento permanente de incluir la palabra conspiración en la derecha, es un sustituto del complójudeomasónicointernacioná, que acuñó paquito.
Y si nos vamos a las televisiones el pánico me recorre el espinazo. Con una cadena pública que ha hecho de la “independencia” su bandera, y que no entiendo porqué eso lo hace un gobierno de izquierdas, ¿para que cuando llegue la derecha la vuelva a manipular como hizo aznarín?. Una antena3, y un Telecinco de corte italiano, que destacan más que un land rover pintado de verde, y una cuatro que se ha estrellado en su intento de coger cuota de mercado con uno de los mejores comunicadores que conozco, Iñaki Gabilondo, y una sexta que no sé de dónde sacará el dinero para pagar tanto despilfarro. Y que dice que es progresista.
A eso súmenle una pléyade de televisiones casposas del corte de intereconomía, que parecen que retransmiten desde la calle Génova, radios a mogollón, con televisiones locales aplaudiendo “ar niño er gallego”.
Resumen: Un gobierno de izquierdas en ese panorama, lo va tener difícil para cambiar el sentido de un mensaje machacón que instalan en todas y cada una de las emisiones.
No quiero aburrirles, tan solo me gustaría que supiesen que en tiempos del anterior gobierno de derechas, el que les escribe, por mor de la necesidad de información, tenía que leerse cinco periódicos, escuchar dos radios, y conectarse (era un privilegiado ya) por internet a diversos medios extranjeros para saber lo que pasaba en mi país. Eso puede dar idea del secuestro democrático que se ejerció durante ese tiempo y que hubiese perdurado de no ser por la infame mentira que se intentó vender sobre el 11-M. Si alguien piensa que eso es bueno, no tiene más que repetir la historia.
Yo se la he recordado, y en la próxima entrada hurgaré en el planeta local, que no llega a estos extremos, es peor.
Yo se la he recordado, y en la próxima entrada hurgaré en el planeta local, que no llega a estos extremos, es peor.
Esto es como todo, si la izquierda quiere ser fiel a sus principios, debe promover la independencia de los medios públicos, y libertad de expresión en todos los ámbitos. Se intenta... se podría hacer mejor. Me enferma la idea de que la derecha absorba de nuevo la dirección de la información. Y me parece coherente sus escarceos con el sucio rastro de la manipulación. Pero a parte de buenos y malos, nada es puro, y menos la verdad contada.
ResponderEliminarSaludos paisano