lunes, 6 de julio de 2015

LA SANTA CRUZADA y los hooligans

Cada vez escribo menos, es verdad, pero es que me desborda la realidad y como tengo que ganarme las habichuelas a diario pues como que no me apetece después de la dura “jorná”, ponerme a teclear, para que al final lo único que haga sea esparcir mi bilirrubina por internet.
He aquí al nuevo Doctor House de la ciudad, el Reina Sofía abocado al cierre

Pero hete aquí que un magno acontecimiento en esta ciudad hipócrita ha desatado los fuegos del averno, que yo creo que la ola de calor es tan solo el preludio del infierno con el que nos amenaza una especie de personajes fóbicos por la retirada de un bello y oscuro cuadro de San Rafael.
Y todo porque según una constitución a la que respetamos poco o nada, y que tan solo se enarbola para pedir cabezas si le pitan al himno nacional en un partido de futbol, o se pretende abortar, no vale para nada si de abordar con tranquilidad la laicidad de las instituciones se trata.
Ante tamaño despropósito se han levantado, como era de esperar, los malos perdedores de la rancia y abúlica derecha cordobesa, cosa que entraba dentro de la lógica. Pero además de ellos y en furibunda procesión se han encaramado una “hartá” (aspírese la h) de variopintos personajes de la localidad incluyendo desde deportistas de medio pelo que llegaron a muy poco y tan solo porque los patrocinaba su jefe, hasta más de uno que dice ser republicano a grandes voces, pero que inmediatamente montan un grupo de facebook y arremeten en los medios locales contra esa decisión de quitar símbolos religiosos de las instituciones. Por cierto, con la demagogia baratísima de que lo importantes es el empleo y no los cuadros, cosa que tienen razón, pero que tampoco nos van a caer más parados sin el cuadro de marras.
Pues aquí a mi tan solo me cabe alguna reflexión poco ortodoxa, claro.
A San Rafael lo elevaron de categoría de Arcángel a Custodio por haber sacado a la ciudad de una epidemia en el Siglo XVI. Hecho que como todos sabemos está científicamente demostrado por las miles de autopsias hechas en la fecha por los eminentes forenses del CSI de aquella época. O sea que es una creencia de fe. Y la fe es algo íntimo y personal, cuestión que aquí no parece entenderse. ¿Es lógico que la ciudad se colapse por celebraciones donde la gente se viste muy extrañamente y se critique de la misma manera la marcha del orgullo gay en otra ciudad por lo mismo?.
Espero sinceramente que basados en esa fe, todos esos magníficos “titantos” mil cordobeses que idolatran la efigie o el lienzo, tengan a bien dejar de acudir a los servicios médicos públicos y sigan encomendándose al titular de la parroquia a la que asola la soledad a diario, excepto en la fecha del 24 del 10. Trasladen sus cuitas allí y dejen limosnas abundantes para que se curen. Seguro que se lo agradecerán, y el resto de los usuarios también. Hasta seguro que los de las funerarias apuestan por ello.
Vivimos una involución en la que la religión cada vez juega un papel más determinante, y en vez de aprender más, cada día sabemos menos. Y frente a un responsable de la iglesia aperturista, nos encontramos a toda esta ralea donde tocar un cuadro que se está destrozando desde el punto de vista artístico, en vez de estar en la contemplación de los amantes del arte sacro, representa una afrenta intolerable.
Ambrosio acabará como Juana de Arco como el KKK se empeñe
Desde luego que la ciudad y sus munícipes tienen que ir a por los problemas graves, pero aplaudo que también las formas cambien porque quiero a un cabildo neutro y respetuoso, pero no adorando públicamente y con coste de mis impuestos a una creencia. Esto es constitucional, señores, todos los demás los titantos mil, son tan hooligans como los que pitaban el himno en el partido de final de copa. ¿Se oyen a ustedes mismos?

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