Solo tenían un Webb enfrente, nosotros le echamos Dos

Como no, hoy la crónica, desde la ronquera y el sueño no dormido, tiene que ser para ese mundial que nos hemos llevado con dos webs.
Ese ínclito presidente de la española, presidente además del comité de árbitros de la FIFA, no tuvo ni un ápice de vergüenza en colocar en la final de un mundial, a un inglés tan impresentable como estúpido, tan poco conocedor del fútbol como yo de la física subatómica, un verdadero carnicero, al que deberían investigar si en el jardin de su casa en inglaterra no tiene enterrados cadáveres humanos, visto el absoluto desprecio que ayer hizo hacia la escabechina que los malditos bastardos vestidos de naranja quisieron hacer con el equipo español.

Por muchos minutos creí que, como siempre, las fuerzas del mal, todas confabuladas estaban en nuestra contra, que llegaríamos a esos fatídicos penaltis, donde la gloria ya se transmuta en suerte y allí acabaría el sueño del fútbol frente a los intereses de esos hijos de perra (con dos erres) que se frotarían las manos y que pasarían a la historia por haber deshonrado el deporte por el que les pagan para jugar. Mientras el repudiado trencilla acumulaba toneladas de excrementos en las tumbas de sus queridos muertos, por arte y magia de las bocas de miles de compatriotas que nos pusimos hasta la bola de caquita, intentando hacérsela llegar via telepática por la pantalla del televisor. Que supongo que tendré exorcizar esta mañana.

Y no, ayer enmedio del calor que no sofocaba ni el aire acondicionado, un angel de la guarda apadrinado por Iniesta y diez más tuvo ese momento de sublime tranquilidad para, a falta de tres minutos, poner en orden de nuevo el universo deportivo y el espacial, para soltar esa derecha y golpear con fuerza hacia su izquierda, y matar las míseras esperanzas de los que ayer deshonraron a su pais y que tras muchas patadas e intentos de asesinato, pusieron en entredicho y sepultaron muy profundo a los Cruiff, Neskens, y demás genios que parece que ya no existirán jamás en el pais de los tulipanes, donde ahora campan a sus anchas estos tuercebotas desharrapados, llenos de ira y desprecio hacia el juego que les da de comer. Practicantes de Fullcontachbol, deporte que no llegará a olímpico.

Y llegó la explosión de júbilo de un pais que ha sido campeón ya en casi todo, menos en esto de creérselo, y nos lanzamos a la calle para gritarlo en una madrugada que parecía hora punta, y nos vimos en la calle con los amigos, con la familia, con los vecinos, con los desconocidos con los que nos abrazamos para decir "campeones, campeones, oe, oe oe", frase atipica y poco sustanciosa pero que ayer era el compendio de Santo Tomás, y la Enciclopedia Universal de Salvat por capítulos.
Y tenemos orgullo de país, pese a quien le pese, y no hay que confundir los términos, pero somos los mejores cuando nos da la gana y somos equipo si queremos. Pero veran como viene alguien y nos jode este ratito de gloria que disfrutamos todos, incluso los que, como yo, no somos peloteros, pero que ayer disfrutamos sobre todo de una sociedad que si quiso creer en si misma, de una alegría ganada en este Julio extremadamente cálido que quedará grabado en nuestras meninges como el verano en que fuimos campeones.

Y ahora a ser todos el mismo equipo, la misma piña y a levantarnos de esta sima donde algunos nos quieren meter. Si ellos ponen un webb enfrente, nosotros le echamos dos pares y nos los llevamos por delante.
OEEEEEEEE, OEEEEEEEEEEE, OEEEEEEEEE.