martes, 9 de noviembre de 2010

Ante las elecciones: sólo nos queda la convicción, son nuestros hijos de puta

Aunque el PP inició la campaña electoral en el 2007, se va acercando la hora de las votaciones reales, a seis meses vista, y nos enfrentaremos a un nuevo dilema. 
La izquierda, PSOE e IU, han abordado en solitario sin un solo apoyo, por mínimo que sea, la crisis más brutal que ha sufrido el sistema económico occidental en los últimos 200 años. Como ya no había refugio en el sistema comunista, hemos debido apechugar todos los ciudadanos con los excesos de un sistema liberal que impide control alguno sobre sus beneficios y reparte las pérdidas con una desvergüenza que causa pasmo.
La izquierda en general en europa sufre un retroceso porque los pobres obreros piensan que los capitalistas van a apoyar a la derecha para salir de este pozo, pero eso de momento no se da.(no hay más que ver el retorceso que sufrirá el Reino Unido con el tal Cameron, y no ha hecho más que empezar)
El sistema occidental de bienestar social se está jugando en estos momentos, y realmente no se encuentran salidas por la izquierda porque los sistemas las bloquean. Puede, y digo puede, que esa salida sea una nueva revolución social y las revoluciones tan sólo se pueden hacer con sangre. ¿Está dispuesta nuestra sociedad pusilánime, educada en la comodidad, en el criterio del no-esfuerzo, ni sacrificio, a desatar las iras y ponerse en la calle frente a los poderes establecidos?¿podemos lanzar un ataque coordinado con los medios que tenemos para humillar a los bancos y poner sus recursos al servicio de la colectividad?¿podemos controlar a esas grandes fortunas, a ese club Bildelberg en definitiva, y hacerles ver que no hay disfrute del dinero sin paz?¿podemos herir en lo que les duele a esos predicadores de la libertad empresarial, que realmente lo que piden es una esclavitud encubierta?
No lo sé, pero me temo que no. En el encabezamiento de este blog lo digo, es una crisis de valores propios no de los bursátiles. No estamos educados para eso.
Y entonces, ¿que nos queda?. ¿Votar a un partido que acumula en sus filas los mayores casos de corrupción existente y latente?. Un partido (PP) que cuando mira cualquier caso de dimisión en las filas de las izquierda reclama comisiones de investigación y deja caer sospechas de tramas encubiertas, mientras suma folios y folios de investigación, en una trama como la Gürtel, porque sabe que al final la justicia (más de la mitad de los jueces de este pais alineados con sus posiciones políticas, digan lo que digan), no será justa, y les dejará seguir robando. 
El cinismo que acumula esa derecha absolutamente enraizada en posiciones extremas, donde los centristas hace ya mucho tiempo que murieron en el intento de moderar un partido que escora peligrosamente a posiciones xenófobas, que alaba la posición del asterix francés, que piensa acabar con el poco estado que queda para entregárselo a sus amigotes, los nuevos Villalonga, Pizarro y cía, están agazapados, esperando a meterle mano a la sanidad pública, a las pensiones y a la educación.
El cinismo de ese PP raya en cotas de alienación, claman contra una concejala socialesta en el ayuntamiento de Córdoba, como reflejaba en mi entrada anterior, mientras el alcalde de Valladolid sigue teniendo la foto de  una ministra entre el colchon y el somier para hacerse sus cositas por las noches.O aquel alcalde de Toques (Galicia) que pese a los abusos a una menor se negó a dimitir del cargo. O su lideresa apoya a un violador infantil escudado en su condición de escritor. Eso es defender a las mujeres.
Dicen que el PSOE alienta la corrupción mientras trajes, coches, maletines, jaguars, y bolsos de loewe van y vienen por el reino de Valencamps. Acusan de transfugismo en Benidorm mientras presenta a cuatro tránsfugas en los municpios aledaños.
¿Y los otros?. Son unos hijos de puta. No son capaces de plantarle cara de frente al capital especulador, permiten los bonus y los sueldazos en las altas esferas tanto institucionales como privadas, no hacen política fiscal progresiva y redistributiva, nos van a llevar a trabajar en parihuelas, y probablemente muramos en el tajo muchos de nosotros y no lleguemos a ver la jubilación.
Eso es verdad.
Pero tengo que agarrarme aquí como un clavo ardiendo a lo que dijo Roosvelt: no Teodoro, el del «big stic», el del gran garrote de la política imperialista, sino Delano, el «Buen Vecino», probablemente el más grande presidente democrático y reformador de los Estados Unidos, que recibió con mucha pompa al primer dictador Somoza, al que le decían General, unos periodistas le reclamaron porque recibía así a un hijo de puta. El presidente Roosevelt aprovechó la respuesta para definir la política internacional bipartista estadounidense: «sí, es un hijo de puta, pero es NUESTRO hijo de puta».
Ellos son nuestros hijos de puta, y al menos en un rinconcito de su alma nos tienen presentes.
Por eso cuando lleguen las elecciones ante lo que me presentan y lo que veo, no es que me guste demasiado, y me parece cobarde pasar de votar porque ayudo a los disciplinados facciosos, así es que me quedo con mis HIJOS DE PUTA.

1 comentario:

  1. Vaquero, he estado en otra parte del mundo y he pasado a leerte en varias ocasiones pero nos tienes abandonados. Queremos más de tu sincera aportación. Andale manito¡¡¡¡¡
    VP

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