miércoles, 12 de mayo de 2010

Dime de que presumes

En los últimos tiempos no puedo dejar de pensar en qué hemos hecho en nuestra generación para que a estas alturas estén aflorando algunos comportamientos, o simbologías que dan la sensación de que olvidamos alguna expresión en la educación o algo está haciendo que se sientan amenazados distintos segmentos sociales.



Me refiero a dos circunstancias que reflejan una situación poco deseable desde mi punto de vista: La simbología de España, y la pseudoreligión en la calle.
Me deja perplejo tanta y tanta banderita española en coches (habitualmente de alta gama), en pulseras, polos, relojes, y cualquier accesorio que sea factible de ser llevado y enseñado como identificativo. En mis tiempos los que le ponían la E con la bandera al coche, eran porque viajaban al extranjero,( y era necesario llevarla) luego se popularizó el llevarlas porque las vendían en las gasolineras de pegatina, y a la par salieron las de las autonomías con lo que decayeron en extremo. Pero ahora estan resurgiendo con una fuerza que, mal que me pese, no dejo de recordar aquel episodio de la preguerra española donde la palabra, CAFE, tenía muchas más significaciones que la de la infusión.
Además parece como que la simbología española solo le pertenece al PP, cosa errónea en grado mayúsculo.
Y pienso yo que en esto es como en casi todo en la vida, presumes tanto de lo que menos tienes. Defecto harto imbricado en nuestro triste pais, donde aquellos que se les llena la boca de ejpaña, son los primeros dispuestos a saquearla, por el bien público, claro está.
Hace unos días hablando con uno de estos propagandistas baratos al que le veía una pulserita, todo fashion, que en mis tiempos los propios le hubieran tildado de mariconazo sin dudar, le preguntaba si por un buen hacer había hecho la mili como todo patriota que se precie, y me contestó que no, que se libró por un tema de su padre, pero que había jurado ya por lo civil (con dos cohones)
Pues si hubiera hecho la mili, como los que estuvimos en Fort Navajo conocemos, sabría que la bandera no se lleva de ostentación sino como algo mas personal, pero claro aqui lo que viste es lo que viste.
Y ahora me pregunto yo. ¿soy yo alguien expatriado en mi patria?, ¿si no llevo la bandera encima es que no defiendo mi país?, ¿es que soy un rojo entregado a las autonomías que defiendo?. O es que son ellos falsos propagandistas de las autonomías "hasta que lleguen los nuestros".
Mc.Clure me dice que para qué me como tanto el coco.
Y los segundos son los que se han empeñado en convertir el año en semana santa contínua. Ya no solo se celebran los siete días sagrados de la pasión del mesias. Ahora el mesias y su pobre madre van dando bandazos por las calles y hasta por el río, todo el año a cuenta de novenas, celebraciones, rogativas, y prebendas, de tal manera que los pobres han denunciado a CC.OO. el exceso de horas extras. Y menos mal que han decidido no llevarlos en solemne procesión al Arenal en la feria a presidir las casetas recaudadoras porque se les llenan de polvo los ropajes.
Lo dije en otro artículo de este blog. La religión católica, como la mejor empresa del mundo, ante el empuje de las otras ha decidido que no puede perder más terreno y ha lanzado a toda su parafernalia publicitaria a pelear por cada hueco de mercado y posible conversión que pueda hacerse. Esto es la guerra de la Coca y la Pepsi cola, por un mercado global.
Señor, señor, que cruz.