Con las posaderas doloridas de las largas cabalgadas, con el bolsillo maltrecho de tantas pedradas, y el ánimo a medias entre los cielos por el espectáculo y los infiernos por el trato de las autoridades, hemos regresado una vez más de Heré.
Resulta curioso, esto es como la vida misma. No es un rato bueno el que pasas al ir a Jerez, es un rato agridulce, vas, repites, porque hay casi 15 años de episodios en esas carreteras, por costumbre, porque siempre piensas en positivo ( es lo que tiene el cerebro humano, que olvida pronto lo negativo), y llegas allí y año a año te encuentras a la vuelta con la eterna pregunta. ¿Ypaquépollasheveníoyoaquí?.
A ver si me explico:
Denle ustedes una vueltecita a esta noticia y los comentarios que en ella hay.
http://www.diariodecadiz.es/article/provincia/691626/finaliza/una/las/motoradas/mas/tranquilas/los/ultimos/anos.html
No tiene desperdicio, el parecer mayoritario de los habitantes de la zona es que el gran premio es un incordio. Y para las autoridades peor, es una amenaza que hay que soportar por el bien económico, pero que hay que atenazar para evitar el desmadre de los lugareños.
Y aquí viene el estúpido motard, chupando autovía o carretera intentando eludir los tropecientos mil radares instalados "para mi seguridad", que no sé si es que alguno tiene multifunción de salva guardarraíles, que creo que no, pero que han plagado las carreteras de ellos. En los lugares más peregrinos, y siempre, siempre, "tremendamente conflictivos" como puntos negros, etc. (Lugares extraños, donde una señal de 80, en plena recta despejada, te pone los pelos como escarpias). Sonriendo bajo el casco cuando alguno de la caballería verde montada, te para a tí, que vas con moto touring, con maletas y con tu mujer detrás, para comprobarte los "papeles", por si la moto es robada. Las que roban señor mío son las rrr, para correr, esto es una moto decente, sin estridencias. O en su defecto para pararte a soplar, y me parece correcto esto último, pero en el viaje no conozco a nadie que se le ocurra beberse ni una cerveza. En el puerto no he visto ni un control de alcoholemia.
Luego llegas a alojarte al módico precio de 385 euros tres noches, aunque sólo puedes utilizar dos: viernes y sábado. (pero así no te han clavado 192,50 euros por noche, que sería impúdico en un hotelucho de dos estrellas, sino la módica de 128,33 por noche. Para llegar al alojamiento has debido de dejarte los empastes tuyos y las suspensiones de la moto en los chiquicientos resaltos que han colocado “por tu seguridad”. Joé di que para que no puedas poner la moto a más de 20 y nos quedamos mejor. Luego dirígete a algún lugar de comer de la zona, da igual el que sea, toparás con el arte de servir mal tan nuestro, pero acrecentado por la magnitud de la gente que necesita ser atendida, pero esto tiene un pase porque vas ya contento por haberte reencontrado con los amigos, porque vas viendo las motos acudir, (cada vez menos) y se te llena el alma de ruidos gozosos. Lo que no paso es que las cartas se cambien para la ocasión y los precios desaparezcan por ensalmo. Ley: Paga lo que te pidan, y da las gracias, que hay que ser educado y al menos te han dejado el riñón para que lo dones más adelante. Eso en cada lugar excepto en una pequeña tasca de camino al circuito en la que conseguí comer el domingo por la módica cifra de 18 euros. Y que solo contaré en presencia de mi abogado, porque quiero preservar tan modélico hostelero sin contaminar de esta vorágine. El resto de las comidas, se saldaron con las siguientes cifras, 60, 75, 39 (comiendo cucuruchos de romerijo sentado en el en el parque, ¡un disfrute de regreso en el tiempo!), 30 (en una franquicia, únicas que respetan precios), y los famosos 18 del domingo a mediodía.
En el circuito es un suicidio acercarse a comprar algo salvo que seas pariente de Rockefeller, latas a 3 euros (precio de un retráctil), botellitas de agua a lo mismo, con lo que el litro sale por la módica cifra de 12 euros) y así sucesivamente.
Añádale usted a esto actitudes chulescas y desproporcionadas en bordería de los agentes invitándote a no aparcar en los sitios habilitados para ello, porque no le parecías guay, si no no me lo explico, porque sitio había, y otro porrón de agentes locales fotografiando motos mal aparcadas, cuando delante de ellos algunos moteros les habían preguntado si no importaba dejarlas allí.
Menos mal que el espectáculo deportivo ha sido de primera línea, pese a la crisis todos han respondido y el circuito casi rozó el récord, que es mucho, pese a los medios de desinformación, mal intencionados que dieron noticias alarmistas sobre muertos y accidentes, (consta que hubo un reportero que pagó a un par de descerebrados para que le hicieran el loco delante la cámara, porque no encontraba noticia) englobando a todos los accidentes ocurridos en el dispositivo (quemaduras solares, desmayos, cortes etc.), el saldo final ha sido de dos compañeros que nos han dejado en el regreso y un chaval de Chiclana al que un desaprensivo atropelló y se dió a la fuga, cuando iba el sábado a trabajar en scooter (en la UCI).
Miríadas de agentes se ubicaron en las avenidas donde los del lugar hacen el cabra y se evitó así cualquier tipo de diversión adicional, que no es deseable, pero que tampoco es para convertir el puerto en Auchswitz, y sobre todo para que todos seamos sospechosos de ser vándalos.
Así es que la pregunta al regreso, cuando los de la autovía te cobran como si fueras en cuatro ruedas, 5,90 euros, cuando solo les gastas carretera por dos, y encima te hacen pasar quince minutos de cola con el sol calentándote el casco y la moto los bajos, que digo yo que podrían aprender de Estoril donde la autovía al circuito se pone gratuita el día de la carrera a la ida y a la vuelta, para evitar embotellamientos, y facilitar la vida a los moteros. Y me digo la pregunta del encabezamiento: ¿Ypaquépollasheveníoyoaquí?.
Y te respondes tu mismo, cuando al regreso ves montones de gente en los puentes sobre la carretera o en los arcenes de los pueblos por los que pasas. Algunos con banderas, otros con carteles de ánimo y deseándote buena suerte en el regreso, otros simplemente agitando las manos con la V de la victoria y de la solidaridad motera, y es entonces cuando vez a ese pequeño/a, o no tanto, con la cara iluminada, mitad por el sol de mayo andaluz, mitad por la felicidad de ver tantas y tantas motos pasando delante de él, y es cuando te acuerdas de que una vez tú fuiste ese niño viendo pasar motos. Y levantas tu mano para hacerle el signo de la victoria y eso ya es para él el remate, porque agita con redoblada fuerza y cariño su mano y te regala una sonrisa que bien vale que el año que viene lo vuelvas a intentar otra vez.
Que te sonrían lo niños muchos años, vaquero, porque me da que a pesar de las quejas, el próximo también volverás. :D
ResponderEliminarSi la salud y las fuerzas acompañan habra que replantear la situación, no lo descarto, pero quizas es el momento de emprender nuevas rutas hacia otros lugares de peregrinaje, como Portimao, Estoril, o el mismo Cheste. Esto no es un matrimonio, y si Heré no se deja queré, habra que emigrar.
ResponderEliminarPor otra parte se me ocurre una cuestión nada baladí. En España hay ya cuatro grandes premios. EN todos ellos hay lleno de más de 100.000 espectadores. ¿A alguien le suena que se despliegue tantísima policía, radares y demas?. ¿Se hacen informativos llenos de los vándalos de las motos?. ¿A que no?. Y porque es que el señor que dirige tráfico es catalán y ha dicho de su propia boquita: "Si el gran premio de jerez es un problema habrá que quitarlo". ¿Para que se lleven también ellos solitos a su montemelones el premio?
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